Brujerías Deliciosas: Lentejas


Voy a comenzar esta sección de cuentos y comida con un plato de lentejas… ¿Qué porque? Pues sencillamente por que las lentejas me traen recuerdos…. 


En verdad, nunca me han gustado las lentejas.
No fue hasta que por algún motivo que desconozco las empecé a echar de menos y me entraron unas ganas de comérmelas.  Cuando era pequeña  ante la perspectiva de un plato de lentejas como primero, me desanimaba. Sin embargo ahora, es meterme una cucharada en la boca y empezar a rememorar más y más las comidas de mi abuela, de mi infancia, esos platos de puré de lentejas que por entonces me comía a regañadientes y que de repente me parecen más exquisitos que el mejor caviar o ostras (que conste, nunca he probado caviar ni ostras!!). Yo, que siempre he renegado de las lentejas, nunca pensé que estaría haciéndolas y aquí me tenéis, ¡feliz comiéndomelas!!!  No es la primera vez. De hecho, se lo cuento a mi abuela y no se lo cree… “Con la piruetas que hacías p’a no comértelas de pequeña!!!
Ingredientes (para 5):

4 y 1/2 puñados de lentejas
1 zanahoria
1/2 tomate
1/2 cebolla
2 dientes de ajo
1 hoja de laurel
1 cucharada pequeña de pimentón
Aceite de oliva
Sal
Agua

1 – Hay que dejar las lentejas en agua toda la noche. Justo antes de usarlas, tiramos el agua y las ponemos en una olla con agua nueva a cocer. Picamos todas las verduras y las incorporamos a la olla (el ajo lo cortamos sin pelarlo) junto con el laurel y dejamos cocer durante a fuego medio.

2 – En una sartén, calentamos un chorro de aceite de oliva y sofreímos el pimentón con cuidado de que no se queme, para que no amargue. Después, lo incorporamos a la olla y removemos para que se mezcle bien. Si hay que incorporar más agua a las lentejas, es importante que esté caliente (consejo de abuela). Listo

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